Era un clamor de la pequeña empresa, de los autónomos, de los profesionales, de las organizaciones empresariales, de los colegios profesionales y de todas las personas con dos dedos de frente y sentido común, una moratoria en las obligaciones fiscales del primer trimestre.
El Consejo General de Economistas así lo manifiesta “la comparecencia de hoy de la ministra portavoz, que, a su vez, lo es del Ministerio de Hacienda, ha sido para nosotros un “jarro de agua fría” y parece indicar falta de sensibilidad del Ministerio con empresas y profesionales, a quienes parece querer negar herramientas de fácil implementación y bajo coste que podrían ser de gran ayuda para garantizar su supervivencia facilitándoles algo de liquidez con una sencilla ampliación de plazos de las autoliquidaciones tributarias; lo que sería especialmente importante para aquellos que, a duras penas, están intentado mantener la actividad –máxime con la extensión del estado de alarma 15 días más–, y a los que parecen estar dejando en una situación de desamparo”.
Todo se centra en los aplazamientos de, como máximo, 30.000 euros que la legislación ya contempla desde hace años, porque la única novedad es que los tres primeros meses no se pagan intereses ¿una empresa cerrada o con mínimas ventas va a poder pagar los impuestos, generados en abril, en tres meses? ¿Qué tomadura de pelo es esta? ¿Cómo el pequeño autónomo que no tiene ordenador y mucho menos un escáner puede hacer llegar la documentación a su asesoría, con las restricciones de movilidad existentes? ¿Y si tiene la empresa cerrada y es allí donde tiene la documentación? ¿Se arriesga y pone en peligro también a otras personas?
Ni siquiera el gobierno ha tenido la decencia de ampliar el plazo para la domiciliación de los impuestos, que sería una buena medida para simplificar la tramitación de los impuestos y no tener que acudir a los bancos, aumentando los riesgos de contagio. ¿Por qué este gobierno tiene tanta manía a los autónomos y pequeños empresarios, si son los que luego le van a sacar de la crisis con su esfuerzo?
La mayoría de las personas están poniendo su granito de arena en esta terrible crisis sanitaria y económica, empezando por los sanitarios, policías, militares ¿gasto superfluo?, farmacéuticos, trabajadores de residencias de ancianos (sin medios y denigrados), cajeros y reponedores de las tiendas, personal de limpieza. Pero también hay que agradecer a todos los profesionales como economistas, abogados, notarios, gestores administrativos, registradores, etc que continúan trabajando, que con las limitaciones impuestas intentan ayudar a las empresas.
Sin embargo, el gobierno se dedica a poner chinitas en el camino. Empezando por tomar medidas tarde, permitir unas manifestaciones que se podía haber aplazado como se ha aplazado todo lo demás, gestionando mal la compra de equipos de protección (somos el país con más sanitarios infectados), no guardando la cuarentena el presidente y el vicepresidente como tienen que hacer los demás ciudadanos cuando alguien cercano está contagiado dando un ejemplo pésimo, no facilitando las declaraciones de impuestos, aumentando de forma absurda y negligente la burocracia a las empresas, haciendo creer a los trabajadores y las empresas que van a recibir del gobierno ingentes cantidades de dinero, cuando la realidad es que se les va a facilitar que se endeuden y teniendo que soportar cada dos por tres comparecencias en televisión, que solo sirven para publicidad de nuestro presidente pues no aportan nada.
Muchos empresarios e incluso bancos se han unido para comprar mascarillas y otros elementos de protección, hay personas trabajando en sus casas haciendo mascarillas, etc. Nuestros políticos, teniendo en cuenta que la mayoría ahora no trabajan, ¿qué hacen? ¿Se han reducido el sueldo, han quitado coches oficiales, asesores y altos cargos para que el déficit público no se dispare?
Por todo ello, señores del gobierno y políticos QUÉDENSE EN CASA nos irá mejor. Dejen trabajar a los profesionales y a los que saben.